"Hablar de La Cuadra es hablar de familia, de hogar y de trabajo desde un ambiente que invita a la concentración y al sosiego. Tanto Carlos como sus padres nos recibieron con gran cariño y atención. Cualquier necesidad que surgiera durante nuestros días de residencia encontraba en ellos unos aliados siempre dispuestos a facilitar y escuchar. Recuerdo la llegada a Los Nietos viejos, el olor a mar y la tranquilidad de sus calles. Los paseos frente a la playa en los momentos de descanso y la convivencia con el equipo en torno a la cocina y a las comidas en el porche. Trabajar en este espacio es un estímulo único como creadora. Las mañanas inundadas de luz natural y las noches con su quietud y silencio fueron dos marcos de inspiración incomparables. Sin duda alguna, un lugar y un hogar al que volver para seguir creando. Soñando".